sábado, 21 de abril de 2012

Reflexiones



Las lecturas propuestas dejan en mí una espina que en muchas ocasiones aparece, pero que varias veces dejo de lado porque se dificulta nadar contra la corriente. 

Hay en mi vida  5 ó 6 frases que utilizo frecuentemente, una de ellas es: “el saber no ocupa lugar”, pero parece que esta frase no aplica para los estudiantes. Día a día hay que buscar nuevas ideas para que ellos se mantengan interesados en la clase, la clase típica con los alumnos sentados y el profesor dictando hace que ellos muchas veces no presten atención.

Me he dado cuenta que no tienen curiosidad, no les interesa saber “por saber”, nada más.

Estoy totalmente de acuerdo cuando Wesch dice que ya no hay buenas preguntas y las que realizan es para saber si le van a poner falta, si se pueden ir antes o si con dos o tres páginas del  trabajo ya alcanza.

Trabajo en los bachilleratos tecnológicos de informática de UTU, es decir, que los alumnos eligieron hacerlo, no es como ciclo básico que es para todos igual, pues, optaron por este curso porque es lo que les interesa, les gusta, es en muchos casos de lo que piensan trabajar en un futuro. Pues bien, no cuestionan nada, no tienen pensamiento crítico, no pueden abstraerse para resolver un problema. Raras veces preguntan algo significativo para la clase, no saben formular la pregunta adecuadamente y su forma de expresarse es bastante rudimentaria.

Clase a clase hay que buscar nuevas formas de que se interesen por la misma, apelando a situaciones diarias en las que ellos muchas veces son protagonistas.

He descubierto también que están ávidos de conversar sobre temas propios o temas cotidianos, viéndose en muchos casos la falta de interacción en la casa.

Pero a no decaer, estoy segura que paso a paso se logran muchas cosas.


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