Las
lecturas propuestas dejan en mí una espina que en muchas ocasiones aparece,
pero que varias veces dejo de lado porque se dificulta nadar contra la
corriente.
Hay en mi vida 5 ó 6 frases
que utilizo frecuentemente, una de ellas es: “el saber no ocupa lugar”, pero
parece que esta frase no aplica para los estudiantes. Día a día hay que buscar
nuevas ideas para que ellos se mantengan interesados en la clase, la clase
típica con los alumnos sentados y el profesor dictando hace que ellos muchas
veces no presten atención.
Me he dado
cuenta que no tienen curiosidad, no les interesa saber “por saber”, nada más.
Estoy
totalmente de acuerdo cuando Wesch dice que ya no hay buenas preguntas y las
que realizan es para saber si le van a poner falta, si se pueden ir antes o si
con dos o tres páginas del trabajo ya
alcanza.
Trabajo en
los bachilleratos tecnológicos de informática de UTU, es decir, que los alumnos
eligieron hacerlo, no es como ciclo básico que es para todos igual, pues,
optaron por este curso porque es lo que les interesa, les gusta, es en muchos
casos de lo que piensan trabajar en un futuro. Pues bien, no cuestionan nada,
no tienen pensamiento crítico, no pueden abstraerse para resolver un problema.
Raras veces preguntan algo significativo para la clase, no saben formular la
pregunta adecuadamente y su forma de expresarse es bastante rudimentaria.
Clase a
clase hay que buscar nuevas formas de que se interesen por la misma, apelando a
situaciones diarias en las que ellos muchas veces son protagonistas.
He
descubierto también que están ávidos de conversar sobre temas propios o temas
cotidianos, viéndose en muchos casos la falta de interacción en la casa.
Pero a no
decaer, estoy segura que paso a paso se logran muchas cosas.
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